
En la década de 1970, el cine nos regaló una de las franquicias más importantes del séptimo arte: Star Wars. Esta saga no sólo se ha convertido en la favorita de millones de personas alrededor del mundo, sino que también ha logrado consolidarse como un clásico imprescindible para cualquier cinéfilo. Una de las películas más populares de la serie es el Episodio III, que, a 20 años de su estreno, ha regresado triunfalmente a la pantalla grande. Este reestreno ha permitido que millones de fanáticos revivan la experiencia de ver una de las entregas más emblemáticas de la saga en las salas de cine.
Y aquí, hablaremos sobre algunos datos curiosos de la película que quizás no conoces.
Al ser el filme que en ese momento iba ser la culminación de la saga, George Lucas se esmeró en mostrar el mayor número de sucesos posibles dentro de la película, lo que provocó que al terminar la primera edición de la película tuviera una duración de cuatro horas, teniendo que cortar varias escenas en el producto final, lo que provocó que muchas escenas ya terminadas no vieran la luz en la gran pantalla.
Esta es la razón principal porque no podemos ver a la Maestra Jedi Shaak Ti, quién en una versión es asesinada por el General Grevious mientras se encontraba arrodillada frente a él; mientras que, en otra versión, se mostraba como Anakin (Hayden Christensen) la asesina dentro de los acontecimientos en el templo Jedi durante la Orden 66. Dichas escenas no fueron incluidas en la versión final, sin embargo, se pueden encontrar en internet.

El episodio III es el primer filme de la saga en recibir una clasificación PG-13, ésto debido a sus escenas violentas, especialmente en la batalla final entre Anakin y Obi-Wan (Ewan Mcgregor), escena donde el productor construyó un set inclinado para poder ser más realista con los detalles, permitiendo que los actores de esta escena realizaran más del 95% de la batalla final.
La muerte del General Grievous es sin duda uno de los momentos favoritos por el fandom, pero su muerte no iba a ser nada parecida al final que vivió ante Obi-Wan, puesto que iba a ser aún más explícita y dolorosa de lo que se mostró en cines. Los storyboards la describían mucho más dolorosa donde Obi-Wan extraería los órganos del cuerpo de Grievous, disparándoles y dándole una muerte lenta y desgarradora, pero finalmente se decidió grabar una muerte menos traumante para la audiencia.
Durante la grabación se especuló que habría un abuso de los efectos CGI. Sin embargo, el resultado final logró un equilibrio entre efectos prácticos, efectos especiales y escenografía elaborada, lo que aportó un notable realismo a la película. A diferencia de otras entregas, en esta ocasión muchos de los soldados clones fueron generados digitalmente, ya que, gracias al uso de computadoras y efectos visuales, fue posible crearlos sin necesidad de utilizar actores reales con armaduras.
Otro dato interesante es que Padmé Amidala (Natalie Portman) también tuvo participación reducida, ya que en un inicio se contaba con escenas adicionales, incluyendo la formación de la Alianza Rebelde junto a Mon Mothma y Bail Organa. Las cuales fueron eliminadas para no extraer atención de la transformación de Anakin a Darth Vader, queriendo darle más tiempo en pantalla para demostrar el cambio generado a lo largo de la película, mostrando el origen de uno de los villanos más famosos y poderosos de la historia.

Sin duda Star Wars es una saga que con el paso de los años ha adquirido nuevos fans, creando nuevas series, precuelas y secuelas de la trilogía original, pero el éxito del episodio III marcó un camino de dudas y sed de mayor historias dentro de este universo, Star Wars Episodio III: La Venganza de los Sith es una película que no te puedes perder y, con su reestreno en cines es una gran oportunidad para aquellos que tuvieron la oportunidad de verla en cines revivir ese momento y, para aquellos que será la primera vez, es algo que no pueden dejar pasar.

